Envasar los alimentos al vacío es un procedimiento que se emplea para alargar la fecha de caducidad del producto, siendo muy práctico cuando no la vamos a consumir en poco tiempo. Cuando envasamos al vacío, lo que en realidad estamos haciendo es crear un tipo de barrera que aislará la carne del oxígeno; este gas es el principal enemigo de la vida útil que tiene asociada una determinada pieza de carne.

En el momento en el que el oxígeno desaparece, se evitará que proliferen los microorganismos aerobios, lo que retrasará el deterioro de la carne, del pescado o de cualquier otro alimento. Gracias a ello, tendremos la posibilidad de almacenarla en una bolsa de vacío en un ambiente refrigerado algunos días sin que esto pueda afectar a su calidad. También puede ser una buena fórmula para protegerla ante el proceso de transporte, durante el manipulado de la misma, así como durante los procesos de almacenamiento.

Consideraciones al envasar alimentos en una bolsa al vacío

Envasar la comida preparada en una bolsa al vacío se considera una buena alternativa a meterla en el congelador, evitando que el sabor quede afectado de esa manera. Podemos envasar prácticamente cualquier tipo de producto preparado, como puede ser una lasaña, un plato de paella, pescados, verduras, etc. Sin embargo, existen ciertos alimentos que no se deberían de envasar al vacío como los tomates. Es importante tener en cuenta que los alimentos cocinados deben de encontrarse a menor temperatura ambiente que a la que se ha envasado al vacío; si no se sigue este procedimiento, existe el riesgo de que se puedan manifestar bacterias. Con una temperatura inferior, garantizaremos el mayor tiempo de vida útil del alimento.

No te recomendamos que congeles una bolsa al vacío en la que hayas introducido algún tipo de alimento ya cocinado (incluso tampoco deberías de conservar alimentos crudos). Cuando lo hacemos, en realidad estamos introduciendo agua en el alimento que alterará algunas de sus características como puede ser el sabor, el olor, … Las carnes crudas y en cierta medida las que están cocinadas, pueden cambiar de color, presentando un tono marrón mucho más oscuro debido que no hay oxígeno en la bolsa (o por lo menos, no debería de haberlo). Esto quiere decir que el envasado ha sido el correcto y que su consumo es completamente seguro.

Lógicamente, antes de envasar el alimento ya cocinado será crucial que nos aseguremos que está en las mejores condiciones, en estado óptimo. Si ya lo hemos conservado un tiempo en la nevera, no se recomienda su embolsado. Así que ya sabes, si soléis hacer comida de más en vuestra casa y no queréis llenar de forma absurda el congelador con alimentos que jamás se van a consumir, te recomendamos que te pases al método de conservación con bolsas al vacío. Ahorrarás mucho dinero, evitarás tirar la comida y tus platos conservarán el máximo sabor en todo momento.